Les comparto una narración de autor anónimo:
Cuenta la historia de un maestro que iba con su discípulo por un camino y encuentra una familia que vive en un pequeño rancho en la más extrema pobreza.
La única posesión que tienen es una vaquita. Esta vaca, les da leche todo los días y en ella consiguen el alimento para sobrevivir.
Les piden refugio por una noche y a la mañana siguiente continúan el camino. El maestro le pide al discípulo que se vuelva y arroje a la vaquita al precipicio que estaba al lado de la casa.
El jóven no comprendió pero obedeció a su maestro. Quedó totalmente angustiado preguntándose de qué iban a vivir esas personas de allí en adelante.
Pasó un año. El discípulo volvió nuevamente por el rancho y se encontró con una casa más grande, con jardines bonitos, pintada y agradable.
Le preguntó al dueño qué había pasado. El señor le contó que un año atrás, la vaquita de la cual vivían, se había desbarrancado por el precipicio.
Al principio estaban desesperados sin saber que hacer. Luego, como no tenían que comer, él se dedico a sembrar verduras que vendía en el Pueblo. Su esposa, aprendió alfarería y creaba unas hermosas artesanías que también vendía en el Pueblo. Los hijos aprendieron apicultura y la miel también les dio nuevos ingresos.
En ese momento, el discípulo comprendió a su maestro.
La vaquita representa las limitaciones que nos ponemos los seres humanos y que nos hacen mediocres. Son las excusas, las justificaciones y todos esos juegos de nuestra mente para mantenernos en los actuales paradigmas y en nuestra "zona de confort".
A veces la vaquita es una relación de pareja, un trabajo, algo a perdonar, un socio o socia...
Te pregunto: ¿Cuál es tu vaquita? ¿Estás dispuest@ a matarla?
Cuenta la historia de un maestro que iba con su discípulo por un camino y encuentra una familia que vive en un pequeño rancho en la más extrema pobreza.
La única posesión que tienen es una vaquita. Esta vaca, les da leche todo los días y en ella consiguen el alimento para sobrevivir.
Les piden refugio por una noche y a la mañana siguiente continúan el camino. El maestro le pide al discípulo que se vuelva y arroje a la vaquita al precipicio que estaba al lado de la casa.
El jóven no comprendió pero obedeció a su maestro. Quedó totalmente angustiado preguntándose de qué iban a vivir esas personas de allí en adelante.
Pasó un año. El discípulo volvió nuevamente por el rancho y se encontró con una casa más grande, con jardines bonitos, pintada y agradable.
Le preguntó al dueño qué había pasado. El señor le contó que un año atrás, la vaquita de la cual vivían, se había desbarrancado por el precipicio.
Al principio estaban desesperados sin saber que hacer. Luego, como no tenían que comer, él se dedico a sembrar verduras que vendía en el Pueblo. Su esposa, aprendió alfarería y creaba unas hermosas artesanías que también vendía en el Pueblo. Los hijos aprendieron apicultura y la miel también les dio nuevos ingresos.
En ese momento, el discípulo comprendió a su maestro.
La vaquita representa las limitaciones que nos ponemos los seres humanos y que nos hacen mediocres. Son las excusas, las justificaciones y todos esos juegos de nuestra mente para mantenernos en los actuales paradigmas y en nuestra "zona de confort".
A veces la vaquita es una relación de pareja, un trabajo, algo a perdonar, un socio o socia...
Te pregunto: ¿Cuál es tu vaquita? ¿Estás dispuest@ a matarla?
2 comentarios:
Hola. Mi nombre es Monica. En Puebla estuve presente en el congreso donde dio una conferencia. definitivamente me converti en admiradora de su trabajo, de su manera de ver las cosas, muchisimas felicidades, y tambien por luchar y hacer todo lo que esta haciendo por y para su familia. De nuevo felicidades.
Edgardo, encontré tu blog buscando en google "vivir de lo que te gusta hacer". Estoy leyendo atentamente los artículos. Muy bueno tu blog !!!
Publicar un comentario