
Sin dudas, APRENDER A APRENDER es la MADRE de todas las COMPETENCIAS.
Aprender es adquirir nuevas distinciones que permitan coordinar acciones efectivas en pos de objetivos comunes.
Podríamos conversar mucho sobre esto. Quiero enfocarme en una palabra conectada directamente con el aprender: LA REFLEXIÓN.
En general, no hemos sido formados en la reflexión. Esto nos lleva a seguir haciendo las cosas de las misma manera. Lo urgente supera a lo importante.
Además, tradicionalmente se separaba el hacer del pensar. Taylor y Ford fueron sus defensores a principios del siglo 20. Se reservaba el pensar a las Universidades o a ciertos sectores de las Empresas o Instituciones.
Pero estamos en el siglo 21. El ritmo del cambio y el hecho de que, cada vez más, nuestro trabajo no depende de habilidades manuales, exije combinar acción y reflexión.
La primeras preguntas que me surgen son: Estamos reflexionando en las organizaciones? Sobre qué estamos reflexionando? Sobre lo que hacemos o sobre la manera en que lo hacemos? Estamos reflexionando como personas?
A REFLEXIONAR se aprende pero... Cómo?. Creando espacios de Reflexión. Es un paso importante para seguir aprendiendo a aprender.
Propongo crear espacios reflexivos con algún formato como ser ateneos, grupos de estudio, grupos de conversación.
Pasando del decir al hacer hemos creado las "Noches de Luna llena". Ellas son solo un formato y solo un comienzo.
En la última luna surgió la idea de crear un grupo privado que solucione problemas públicos. Soluciones concretas sin burocracia. Regalarle a Córdoba estas soluciones. Lograr que los verdaderos responsables - los políticos - quieran imitarlo.
Reflexionaba sobre como hacerlo, que nombre tendría, que reglas (o ninguna...).
Un desafío para ver quién toma la posta.